No es recomendable elegir contraseñas que por ser fáciles de recordar, sean también fáciles de averiguar, no se recomienda nuestra fecha de nacimiento, NIF, nombre, nombre de nuestra mascota, nombre de algún familiar, etc.
Existen además ataques por diccionario o fuerza bruta que que se dificultan si se siguen algunas normas como longitud mínima o caracteres especiales.
Algunas normas básicas a la hora de elegir nuestra contraseña son:
- No elegir palabras relacionadas con nuestro entorno (NIF, nombre de nuestra mascota, fecha de nacimiento, nombre de tu hijo, etc.)
- Usar combinaciones de letras, números y caracteres especiales (no usar palabras con significado).
- Longitud mínima de 8 caracteres.
- Intentar usar contraseñas distintas para servicios distintos.
- No usar nunca la contraseña por defecto, cambiarla en el primer acceso.
Obviamente, ninguna de estas precauciones será de utilidad si después anotamos la contraseña en un postit y la pegamos en la pantalla de nuestro ordenador. Las contraseñas deben almacenarse de forma segura (existen programas gestores de contraseñas) y tener cuidado en su distribución, cómo y a quién se facilita, como norma general una contraseña es de uso privado, por lo que no se debe facilitar a nadie. En caso necesario, debemos ser cuidadosos con el medio que usamos y si es necesario cifrar la información , de forma que solo la persona que posea la clave de cifrado pueda recuperar esa contraseña.