A diferencia de un sistema operativo de escritorio, el ciclo de vida de las aplicaciones Android es distinto.
Pueden tener similitudes en la fase de instalación, actualización y borrado, pero la etapa de ejecución es distinta. Veamos cada una de las etapas en detalle.
Las aplicaciones Android se empaquetan en un fichero APK, este archivo se genera en la fase de compilación y contiene todos los archivos necesarios para ejecutar la aplicación:
- el código compilado,
- los ficheros de recursos,
- imágenes,
- manifest,
- etcétera.
Este fichero APK se puede instalar en un dispositivo Android y nos puede servir para probar o realizar una demo, pero no es la forma más común de distribuir las aplicaciones a los usuarios. Para realizar la distribución, Google pone a nuestra disposición Google Play Store, donde podemos subir las aplicaciones, previo registro y pago del alta como desarrollador.
Una vez subida, nuestra aplicación estará disponible al público para poder instalarla desde la Google Play Store.
Para la actualización de las aplicaciones es necesario disponer de un nuevo APK o actualizar la aplicación en el Google Play Store, de modo que este se encargara de distribuir las actualizaciones a los dispositivos donde se encuentre instalada la aplicación.
Si el usuario ya no quiere utilizar más una aplicación, puede ser eliminada del sistema de forma permanente junto con todos sus archivos y recursos desde las opciones de configuración del dispositivo.