Si nuestra app no tiene como objetivo la reproducción sino la captación de imagen o sonido, su arquitectura no tendrá por qué guardar relación directa con las arquitecturas vistas hasta ahora.
Deberemos tener en cuenta, sin embargo, otros factores, por ejemplo, si nuestra app utilizará otras aplicaciones como interfaz hacia el hardware o si, por el contrario, accederá directamente a la cámara o al micro.
Si nuestra app no pretende ser lo último en grabación, quizá sea conveniente llamar directamente a la grabadora instalada por defecto en nuestro móvil, con lo que ahorraremos esfuerzo y tiempo de desarrollo. Este podría ser el caso de una app que gestione tareas y permita además grabar notas de voz o vídeo. Quizá resultaría innecesario para una tarea tan sencilla meternos a programar el hardware de la cámara y el sonido.
No obstante, si realmente nuestra app se basa en la captación de media, querremos tener total control sobre el proceso y tendremos que estar al tanto de las interfaces y arquitectura de la cámara o el micro.